Una ruta a la cascada de Santo Estevo do Ermo
La cascada de Santo Estevo do Ermo es uno de los principales reclamos para visitar el concello de Barreiros. Un lugar que es prácticamente vecino a Foz, ya que está al otro lado de la ría. Así que no hay excusas para no hacer esta excursión, que además es fantástica para realizar toda la familia unida. Quiénes hagáis un viaje con hijos a la Mariña Lucense, ya sabéis… haced la ruta a la cascada de Santo Estevo do Ermo.
Cómo llegar a la cascada de Santo Estevo do Ermo
Apenas 20 minutos por carretera os separan Foz del núcleo de Barreiros. Y una vez allí la clave es aparcar el coche y comenzar la ruta desde la Casa del Ayuntamiento. ¡No tiene pérdida! El camino se prolonga durante más o menos 3 kilómetros por una pista de tierra, con alguna que otra cuesta, pero todo fácilmente accesible. Así se llega hasta la capilla de Santo Estevo. Y desde ahí una senda nos llevará hasta la base del salto de agua.
Este último tramo y la subida a lo alto de la pequeña catarata son los que requieren más atención por parte de aquellos que hagáis el camino con niños hasta la cascada de Santo Estevo do Ermo. Son tramos cortos, pero un tanto agrestes y, sobre todo, están resbaladizos por la presencia del agua. Así que id con los ojos abiertos y muy especialmente con buen calzado para este tipo de suelos.
La capilla de Santo Estevo
Como ya hemos dicho en esta ruta a la cascada de Santo Estevo do Ermo nos vamos a encontrar una capilla dedicada al mismo santo. Si bien este templete rural durante siglos se llamó iglesia de Aguas Santas, ya que en sus inmediaciones hay dos fuentes de aguas minerales y medicinales muy apreciadas. Y por supuesto, luego las visitaremos en nuestro itinerario.
En cuanto a la capilla en sí, no tiene especial valor artístico. Entre otras cosas por la reforma que se hizo a finales del pasado siglo XX. Algo que es un lástima, ya que sus orígenes se remontan a la Edad Media.
Parte alta de la cascada
Desde la capilla, sale un sendero que va prácticamente pegado a una pared rocosa. Es un poco empinado pero merece la pena remontarlo. Arriba nos espera un mirador sobre la cascada de Santo Estevo do Ermo. Un salto de agua de más de 15 metros. Quizás no os parezca demasiada altura, pero la belleza del enclave hace que aumenten sus dimensiones.
Parte baja de la cascada
Y tras verla desde arriba, podemos seguir el curso del río Santo Estevo, y llegar hasta la base del salto de agua. Aquí se descubre el lecho de roca del río y también puede uno admirar el entorno natural boscoso donde no faltan los robles, los helechos y los castaños tan habituales en los bosques gallegos.
Las fuentes de agua medicinales
Volviendo a la capilla, se aprecia una zona de merendero muy cerca. Pues bien, allí está una de las dos fuentes famosas. En este caso se ve rápidamente que mana agua ferruginosa, con un alto nivel mineral. Agua que se dice que es buena para los tratamientos de anemia y también para los dolores menstruales.
Pero veréis otra señal indicando el camino a la fuente de Santa Rosa. Acercaros hasta ella. Son apenas unos minutos de paseo y os recompensará. Más aún si tenéis verrugas o problemas cutáneos, ya que estas aguas se dice que alivian esas dolencias.
Un paseo en familia, un poco de historia, la belleza de la naturaleza, salud, agua… Todo eso lo vais a disfrutar con esta ruta a la cascada de Santo Estevo do Ermo. ¿Qué más se puede pedir para una corta excursión?
Fotografías: Jose Luis Cernadas Iglesias / Flickr.com