Guía para visitar la Catedral de Santiago de Compostela

6 diciembre, 2018

Visitar la Catedral de Santiago de Compostela se convierte en una verdadera obligación si alguien pasa unas vacaciones en Galicia. Si durante siglos miles y miles de peregrinos han llegado hasta aquí caminando desde cualquier lugar del planeta, ¿cómo te la vas a perder tú con los medios de transporte que tenemos en el siglo XXI?

Visitar la Catedral de Santiago por dentro y por fuera

Vamos a intentar mostrarte lo que te espera en tu visita a este monumento, uno de los más importantes de toda España. Una joya que funde la historia, el arte y la devoción y que te va a dejar sin palabras. En fin, vamos a tratar de hacer una visita virtual por la Catedral de Santiago de Compostela.

Las fachadas de la Catedral de Santiago

Catedrale de Santiago de Compostela
Catedral de Santiago de Compostela

Sin duda, la fachada más reconocible de la Catedral de Santiago es la de la plaza del Obradoiro. Una inmensa fachada de estilo barroco con la entrada más monumental, a la que se accede por unas impresionantes escalinatas.

No obstante, antes de entrar al templo te invitamos a rodearlo y descubrir su aspecto externo, en el que llaman la atención el resto de sus fachadas. Una da a la plaza de las Platerías y muestra la esencia románica del edificio. Otra fachada es la de la plaza de Quintana, y por ahí solo se puede entrar en los llamados Años Santos. Y en el lado norte está la fachada de la Azabachería, que comunica con la plaza de la Inmaculada.

El Pórtico de la Gloria

Pórtico de la Gloria en la catedral de Santiago
Pórtico de la Gloria – Pedronchi / Flickr.com

Con una entidad propia y distinta de las fachadas de la Catedral de Santiago de Compostela hay que hablar del maravilloso Pórtico de la Gloria, que se visualiza entrando desde la plaza del Obradoiro.

Se trata de un pórtico labrado en piedra por el Maestro Mateo y que es una de las obras culmen de todo el arte románico. Una joya en piedra que recientemente ha concluido el proceso de una larga restauración en la que, entre otras cosas, las esculturas han recuperado parte del color y la pintura que tuvieron originalmente.

Entrar a la Catedral de Santiago

Interior de la catedral de Santiago
Interior de la catedral

Cuando accedemos a la Catedral de Santiago de Compostela hay que ser consciente de que no solo nos vamos a dar una vuelta por uno de los templos más venerados de la Cristiandad. También nos vamos dar un paseo por la Historia del Arte, con mayúsculas.

El Pórtico de la Gloria nos habla de los orígenes románicos de la catedral, algo que también se visualiza en sus largas naves. Pero igualmente donde se unen las naves con el crucero perpendicular se levanta sobre nuestras cabezas un cimborrio gótico. Y un poco más allá nos espera la Capilla Mayor con abundante decoración renacentista y también barroca. Así como también es barroco el famoso botafumeiro que está suspendido sobre la nave.

Los restos del Apóstol

Los peregrinos, cuando llegan a la Capilla Mayor, buscan el camarín con la figura del apóstol, a la que desean abrazarse. Y tras eso, luego descienden a la cripta de la Catedral de Santiago, donde una urna de plata guarda las reliquias del propio santo.

Ese es el lugar de mayor veneración. Pero lo cierto es que hay otros muchos, ya que en el deambulatorio que rodea el Altar Mayor se pueden visitar, y orar si se desea, hasta 16 capillas distintas, cada una dedicada a diferentes santos.

Subir al tejado de la catedral

Azoteas de la catedral de Santiago
Azoteas de la catedral

Desde hace algún tiempo existe la posibilidad de disfrutar de la Catedral de Santiago de otra manera. Y es haciendo una visita guiada a sus tejados. Una ocasión idónea para ver a vista de pájaro la estructura del templo. Pero al mismo tiempo, se puede gozar de una visión aérea de gran parte del casco histórico compostelano.

En fin, esta es nuestra rápida visita virtual a la Catedral de Santiago de Compostela. Ha sido muy rápida, pero es que sería muy largo de contar todo lo que atesora este templo. Una joya monumental que debes admirar con calma y, sobre todo dejarte, empapar por toda su magia. ¡Disfrútala!