El monasterio de Santa María de Sobrado
El monasterio de Santa María de Sobrado, también es conocido como el de Sobrado de los Monjes. Si deseas visitarlo, cosa que realmente merece la pena, como veremos a continuación, tendrás que viajar hasta la propia localidad de Sobrado, en el interior de la provincia de A Coruña.
Por cierto, si vas hasta allí verás que no eres el único visitante que se acerca al monumento. En realidad es muy concurrido, tradicionalmente porque se encuentra en el Camino de Santiago que parte de la costa norte gallega. Pero en los últimos tiempos se ha incrementado el número de turistas. ¿La razón? La reciente declaración del monasterio de Santa María de Sobrado como Patrimonio de la Humanidad.
Un monasterio cisterciense
Lo cierto es que los inicios del monasterio de Santa María de Sobrado se remontan a mediados del siglo X. Sin embargo, durante unos 200 años la historia del monumento es un tanto oscura y desconocida. Ya a mediados del siglo XII se entregó a monjes de la Orden del Císter.
Así permanece en la actualidad, ya que hoy en día allí continua viviendo una comunidad de monjes cistercienses. Religiosos que siguen el espíritu de la Estrecha Observancia, heredera de alguna forma de los antiguos monjes trapenses.
Algo más de la historia del monasterio de Santa María de Sobrado
El mayor apogeo del monasterio tuvo lugar en la Edad Media, si bien acabando el Medievo también pasó unos años de cierta decadencia. No obstante, una vez superado ese periodo de crisis, la comunidad recobró su importancia económica y también espiritual. Tanto es así que se renovaron gran parte de las construcciones.
De hecho, muchos de los espacios que hoy se descubren durante la visita al monasterio de Santa María de Sobrado se levantaron entre los siglos XVI y XVIII. De esa época es la monumental iglesia, que es la parte más destacada del conjunto.
Las zonas visitables del monasterio
Ya está claro que la iglesia del monasterio de Santa María de Sobrado es una de las grandes protagonistas de la visita. Pero hay más. También se pasa por la vieja sala capitular, la antigua cocina y dos claustros: el de los Peregrinos y el de los Medallones.
La iglesia
El templo que se visita es un maravilloso ejemplo de la arquitectura barroca gallega. La primera idea de su potencia visual nos la da su atractiva fachada dominada por dos torres. Así como también llaman la atención los numerosos detalles ornamentales que hacen muy dinámica esta enorme fachada de piedra.
Esa elegancia y cierto recargamiento también se aprecia en su interior, que sigue el esquema más básico de los templos religiosos. Es decir, es una iglesia de tres naves y con planta de cruz latina, creando un elegante crucero que se cubre con el elemento más airoso del conjunto: una hermosa cúpula que baña de luz el recinto.
Los claustros
En realidad, el monasterio de Santa María de Sobrado tiene hasta tres claustros. El que ocupa el espacio del original es el de los Medallones. Un claustro que que se abriría en el siglo XIII, aunque fue muy modificado posteriormente.
Después se construiría el de los Peregrinos, con elementos que recuerdan a la arquitectura herreriana de Castilla. Aquí, obviamente, se acogía a los peregrinos que seguían el Camino Jacobeo. Y el último es el llamado Claustro Grande, que no estuvo acabado hasta el siglo XVIII.
La sala capitular
El claustro de los Medallones es el que congrega a casi todas las estancias históricas: cocina, refectorio y también la sala capitular. Ya hemos dicho que ese claustro es el original, y lo cierto es que el paso hasta la sala se hace por medio de uno de los más interesantes elementos románicos que todavía se conservan en el monasterio de Santa María de Sobrado.
La cocina
E igualmente tiene un aspecto medieval la antigua cocina, donde se ve un espacio abovedado soportado por pilares cilíndricos. Un lugar que al observarlo realmente nos traslada a la Edad Media y a las formas de vida religiosas y austeras de aquella época. Esa sensación, para muchos visitantes, es lo más interesante y el recuerdo que se llevan de la excursión al monasterio de Santa María de Sobrado.