Una visita al monasterio de Santa María de Meira
El monasterio de Santa María de Meira es una de las grandes joyas de la Edad Media que se pueden visitar en la provincia de Lugo. Y por lo tanto, para alguien que pasa sus vacaciones en Foz, se trata de una excursión de lo más interesante y relativamente cercana, como vamos a ver a continuación.
Ir de Foz al monasterio de Santa María de Meira
En aproximadamente una hora de carretera vamos a llegar desde la costa de la Mariña Lucense en Foz hasta el monasterio de Santa María de Meira, ya en el interior de la provincia. Más o menos una hora para salvar unos 55 kilómetros, ya que os proponemos una ruta por el corazón del interior de Lugo.
La idea es tomar en Foz la carretera N-642, que remonta la ría que lleva el nombre de la población. Y así llegamos a un nudo de carreteras en la que hemos de optar por otra carretera nacional, ahora la N-634. Una vía que no vamos a abandonar hasta el núcleo de Lorenzana.
Allí, ya nos adentraremos en unos entretenidos kilómetros de carretera provincial, primero en la LU-132 y luego en la LU-122, que nos conducen a Fonmiñá, población ya muy próxima a nuestro destino.
Por qué ir al monasterio de Santa María de Meira
Hay una razón básica para hacer una excursión hasta el monasterio de Santa María de Meira, y esa es descubrir su iglesia. Es un templo de un claro y sobrio estilo cisterciense que lo hermana con otros templos medievales españoles pertenecientes a la misma Orden del Císter.
Pero en este lugar hubo mucho más que la iglesia, y se trataba de un complejo conventual más amplio, que lamentablemente no nos ha llegado en su conjunto. Pero aún así, con la visita nos podemos hacer idea de cómo era la vida de los monjes durante la Edad Media. Porque en el fondo eso es lo que nos propone el monasterio de Santa María de Meira, un viaje con la imaginación a otra época.
Un poco de historia sobre el monasterio
No obstante, para conseguir que ese viaje virtual al Medievo sea más fácil, lo mejor es saber algo del pasado del monasterio de Santa María de Meira, y eso vamos a tratar de contaros.
Se supone que en este mismo emplazamiento ya habría una abadía benedictina anterior, allá por el siglo X. Pero aquello acabaría en una ruina y el monasterio de Santa María de Meira se fundaría bastante más tarde, hacia mediados del siglo XII, cuando el propio rey Alfonso VII donó unas tierras para que creciera aquí el cenobio.
Unos orígenes humildes, pero con el paso del tiempo, gracias a más donaciones y diversos intercambios, llegó a tener bastante poder en la zona, sobre todo en el área de Terra Chá, donde se encuentra. Un esplendor que llevó a que se hicieran reformas de modo continuado.
Qué vamos a ver hoy en día
De todo aquello, tan solo la iglesia nos ha llegado en buen estado de conservación, y ella es la protagonista de la visita al monasterio de Santa María de Meira.
Como ya hemos dicho, es una construcción muy austera, donde la piedra desnuda le aporta gran parte de su belleza y espiritualidad. Al igual que sus formas son muy simples, algo que cuadra a la perfección con la sobriedad del Císter, que se guiaba por la frase “ora et labora”. O sea, reza y trabaja.
No obstante, eso no significa que no vayáis a ver detalles que os inviten a sacar buenas fotografías con las que poder recordar la visita. Por ejemplo, llama la atención el gran rosetón acristalado de la fachada central, que baña de luz natural toda la nave central del templo.
Y bajo ese rosetón hay una amplia aportada con arquerías para proteger un espectacular portón de madera. Una puerta que, a su vez, guarda todavía los herrajes del siglo XIII. Algo realmente extraordinario.
En definitiva, que os animamos a emprender esta excursión desde la costa de Foz y la Mariña Lucense hacia el interior de la provincia, para descubrir uno de los grandes monumentos de Lugo.