La catedral y Santiago de Compostela
La visita a Santiago de Compostela puede considerarse una obligación si se pasan unas vacaciones en Galicia. Sin duda alguna, porque es la capital y la ciudad más monumental de toda la comunidad autónoma. Pero además, porque es uno de los destinos más atrayentes de toda España. ¿No la conoces? ¿A qué esperas?
El turismo en Santiago de Compostela
Desde luego que el viaje a Santiago de Compostela merece la pena, aunque solo se visite su catedral. Un templo de los más importantes de toda la cristiandad, además de poseer una belleza especial. Pero la gran sorpresa del viajero que llega a Santiago de Compostela se produce cuando descubre que hay mucho más que ver en esta jugosa ciudad.
Así que a continuación, os vamos a hablar de esa catedral y también de todos esos encantos que os fascinarán. No os los perdáis.
La catedral de Santiago
La gran joya del patrimonio cultural de Galicia es el espectacular templo catedralicio de Santiago. Allí, para los fieles, el lugar más sagrado es la Capilla Mayor, donde reposan los restos del apóstol. Un lugar al que ansían llegar miles y miles de peregrinos.
Pero también se puede visitar la catedral de Santiago de Compostela sin ser peregrino, ni tan siquiera creyente. La verdad es que es una construcción espectacular desde un punto de vista histórico y artístico. Hay elementos que os dejarán boquiabiertos, empezando por el recién restaurado Pórtico de la Gloria.
No puede tener una entrada más espectacular este templo, que luego nos permite dar una vuelta por la historia del arte religioso, desde la Edad Media hasta los tiempos del barroco más recargado. En definitiva, viajar a Santiago de Compostela y no ver su catedral es como no haber viajado a la capital gallega.
Plaza del Obradoiro
Aunque, tal y como hemos dicho, todavía nos queda mucho por ver. Pero siempre va a estar muy cerca de la gran catedral. Por ejemplo, la vista más típica y espectacular que se obtiene del templo es la de su fachada barroca de la plaza del Obradoiro. Pues bien, en ese mismo espacio hay otras joyas monumentales.
Allí se puede ver el actual parador de turismo de Santiago de Compostela. Uno de los más bellos paradores del país, como corresponde a un edificio renacentista que se llama Hostal de los Reyes Católicos. Y sin salir de la plaza, vamos a ver otros dos monumentos únicos: el Palacio Raxoi y el Colegio San Xerome. El primero es la sede del Ayuntamiento compostelano, mientras que el segundo acoge el rectorado de la Universidad.
Plaza de Quintana
La catedral tiene más fachadas y puertas que la del Obradoiro, y merece la pena pasear ante ellas. Y una de las que no te puedes perder es la que da a la plaza de Quintana. No solo porque allí esté la vieja cabecera románica. También porque en ella podréis visitar otro de los grandes monumentos de la urbe: el monasterio de San Paio de Antealtares.
Pasear por Santiago
Nuestro consejo es que os toméis con calma el paseo por las calles compostelanas. Tomarlo como un auténtico deleite. Fijaros en esas fachadas de piedra con siglos de historia. Unas fachadas en las que se alternan los escudos heráldicos de los palacios con las cruces de las iglesias y las conchas de los albergues de peregrinos.
Recuperar fuerzas tras el Camino
Aunque no seas un peregrino, caminar por Santiago de Compostela despierta el apetito. Tanto por el mero hecho de pasear, como también por los mil y un aromas que nos llegan de los muchos restaurantes abiertos en su casco histórico. Os será difícil elegir, aunque tampoco importa mucho, ya que siempre tomaréis productos con la clásica calidad de la gastronomía gallega.
Así que si no os decidís, lo mejor es ir de tapas haciendo la ruta más clásica. El particular “París-Dakar” compostelano. Una ruta que va del Café París en Porta Faxeira a la cervecería Dakar, al final de la Rúa do Franco. Entre ambas un sinfín de bares donde ir picoteando desde pulpo a ternera gallega. En fin el mejor repertorio de la gastronomía de Galicia. O sea, el mejor sabor de boca que puede dejar un viaje a Santiago de Compostela.