Monte Aloia, el parque natural más antiguo de Galicia
Hoy nuestro destino es el Monte Aloia, el parque natural más antiguo de Galicia. Ponte ropa y zapatos cómodos para recorrer uno de los espacios verdes más fascinantes de toda la comunidad gallega.
Declarado parque nacional en 1978, el Monte Aloia está lleno de senderos que conducen a lugares fascinantes, ya sean restos arqueológicos o miradores de belleza sinigual. Por supuesto, que no podemos olvidar el misticismo que encierran estos parajes.
Después de todo, hay quienes afirman que se trata del legendario Monte Medulio, la montaña en la que las tribus celtas decidieron practicar suicidio colectivo antes de convertirse en esclavos romanos.
¿Qué ver en el parque natural Monte Aloia?
El Monte Aloia tiene 700 metros de altura, 10 kilómetros de senderos y 5 miradores. Forma parte de la sierra del Galiñeiro, y se encuentra cerca de la ciudad de Tui, en la provincia de Pontevedra. Ahora que ya conoces dónde queda el parque natural, veamos qué no te puedes perder.
1. Casa Forestal do Enxeñeiro Areses
Hace 100 años el ingeniero forestal Rafael Areses realizó una reforestación en el Monte Aloia. Esta combinó plantas propias y no propias de la región. Y fue durante este proceso que se construyó la Casa Forestal do Enxeñeiro Areses (Casa Forestal Ingeniero Areses, en español), también conocida como el Centro de Visitantes “Casa do Enxeñeiro Areses”.
Este último nombre resulta más apropiado hoy día, ya que en el centro se halla una exposición con la que conocerás todos los detalles del parque. Esta abierta todos los días y la entrada es gratuita.
Te preguntarás por qué comenzamos con este lugar, y es que además de darte muchísima información sobre el parque, también es el punto desde el que inician las 6 rutas del parque.
2. Ermita del alto de San Xiao
En lo alto del Monte Aloia, se erige una ermita que data del s. XVI. Hay quienes dicen que fue contruida sobre una antigua capilla de estilo románico, y en el s. XVIII sufrió una ampliación, responsable de su aspecto actual.
La ermita del Alto de San Xiao es uno de los lugares más visitados del parque. De hecho, te encatará subir la escalinata que da a la “Fuente del Santo” y que rinde culto a la naturaleza.
Esta capilla también está envuelta en tradiciones y leyendas. Entre ellas, la piedra que el santo utilizaba como cama y en la que no crece hierba, o las piedras del agua y el sol que las personas asocian con pedidos meteorológicos.
3. Cruz del alto de San Xiao
La cruz del alto de San Xiao fue construida en el año 1900 en conmemoración del nuevo siglo. Es un monumento que se alza orgulloso en la zona más alta, y en el que encontrarás una inscripción en latín.
Después de leerla, es probable que quedes maravillado con las vistas al valle del río Miño que se aprecian desde la cruz.
4. Castro del alto dos Cubos
Galicia es una tierra de castros, los encontrarás por aquí y por allá por todo el territorio. Así las cosas, no es de extrañar que en el Monte Aloia también exista uno, en este caso el castro del alto dos Cubos, que corresponde a ser uno muy antiguo.
Se trata de un pequeño yacimiento prerromano, situado entre los s. II a. C. y III d. C., en el que podrás ver restos de viviendas que han pasado a ser el hogar de la fauna y flora autóctona. Sin duda es una maravilla tener la oportunidad de observar los vestigios de quienes poblaron la Tierra hace tanto años atrás.
5. Los miradores de Monte Aloia
No importa el sendero que escojas, durante tu caminata te toparás con uno de los hermosos miradores del parque nacional Monte Aloia. Este es un buen plan para empacar unos binoculares y no perderte del esplendor del río Miño.
Así mismo, toma tu cámara y tenla cerquita, ya que los miradores estan construidos de forma que se fundan con la naturaleza, lo que les da cierta apariencia mágica y encantadora.
Las rutas del parque nacional Monte Aloia
Hay quienes temen hacer este tipo de recorridos por la posibilidad de perderse en el bosque. Sin embargo, todas las rutas del parque están bien señalizadas y son muy fáciles, ideal para un plan con niños.
Si quieres ir descubriendo algunos de los tesoros escondidos en la vegetación, puede que disfrutes la senda de los Muíños do Tripes, con pasarelas y puentes de madera que te irán guiando hacia los más de 20 molinos que componen la ruta. 😉