Visitamos las cinco catedrales de Galicia
Si hablamos de las catedrales de Galicia, indudablemente te vendrá a la mente la de Santiago, el gran templo de nuestra comunidad autónoma y uno de los más importantes de la Cristiandad. Pero hay otras catedrales en Galicia. En total hasta cinco. Y de ellas, dos se encuentran en la provincia de Lugo, por lo que no te las puedes perder durante tus vacaciones en Foz.
Las 5 catedrales de Galicia
Una catedral es una sede episcopal, de hecho, el rango del templo viene del término “cátedra” que es la silla del obispo durante las ceremonias religiosas. Es decir, si hablamos de cinco catedrales de Galicia es que hay cinco obispados gallegos. Y estos tienen sus sedes en Santiago de Compostela, Ourense, Tui, Lugo y Mondoñedo. Veamos a cada una de ellas con más detalle:
La catedral de Santiago de Compostela
Sin duda alguna, de todas las catedrales de Galicia, la de Compostela es la más importante y famosa. Y no solo eso, es uno de los templos más destacados del patrimonio español, un lugar de visita prácticamente obligada durante unas vacaciones más o menos largas en tierras gallegas.
La catedral de Santiago de Compostela es el destino ansiado por miles de peregrinos que cada año llegan desde cualquier punto del globo. Algo que vienen haciendo desde hace siglos, desde que en el 814 se descubriera aquí la tumba del apóstol. Fue entonces cuando comenzó a levantarse este templo, que con el tiempo se ha convertido en un tesoro artístico con obras como el Pórtico de la Gloria o su inmensa fachada barroca frente a la plaza del Obradoiro.
La Catedral de Tui
La existencia de una catedral no tiene nada que ver con las capitales provinciales o con otras instancias administrativas laicas. Es algo más relacionado con la historia de la Iglesia y donde se asentaron antaño sus gobernantes y sus demarcaciones. Por ello, la mayoría de las catedrales de Galicia no se hallan en actuales capitales de provincia. Y un ejemplo es la de Tui.
Tui es una población fronteriza con Portugal y a orillas del río Miño. Y ese carácter de frontera hizo que se construyera esta catedral con aspecto de castillo. Es la catedral de Santa María, originada ya en tiempos paleocristianos. Si bien lo que hoy vemos es un templo medieval, que une tanto el estilo románico como el gótico.
La catedral de Ourense
También es de apariencia medieval la catedral de San Martín de Ourense. De todas las catedrales de Galicia, esta es uno de los tesoros más desconocidos, como en general toda la ciudad orensana. Pero no dudéis en descubrirla.
Allí os espera una iglesia terminada en el siglo XII, pero que luego fue teniendo añadidos en las centurias siguientes. El resultado es una amalgama de influencias románicas, cistercienses, góticas y compostelanas. Un edificio que es el auténtico germen de todo el casco histórico de Ourense.
La catedral de Lugo
Igualmente en el siglo XII se originó la catedral de Santa María de Lugo. Si bien en la actualidad ese estilo románico se encuentra mezclado con las reformas posteriores, tanto góticas como barrocas o neoclásicas. Es decir, un edificio que por sí solo nos sirve para dar un paseo por la historia del arte en la comunidad gallega.
Si pasas unas vacaciones en Foz hay que reservar algún día para hacer una escapada a Lugo. Una ciudad que os ofrece monumentos únicos como sus excepcionales murallas romanas, pero también otros tan desconocidos como interesantes. Ese es el caso de su catedral.
La catedral de Mondoñedo
Y acabamos el recorrido por las cinco catedrales de Galicia en la que está más cerca de Foz. Es la catedral de Mondoñedo. El origen de la misma hay que buscarlo en la cercana basílica de San Martiño, que al fin y al cabo se considera la primera catedral que hubo en España.
Sin embargo, esa sede se trasladó a la población de Mondoñedo en el siglo XII, más al refugio de posibles invasiones que llegaban por mar a estas tierras de Lugo.
Por cierto, hablando de catedrales y de mar, no nos resistimos a nombrar otro de los más maravillosos monumentos de la Mariña Lucense: la playa de Las Catedrales. Un verdadero templo, aunque eso sí, aquí no intervino la fe ni ningún arquitecto, sino el paso del tiempo y la erosión del Cantábrico y del clima. Una obra de arte que bien puede considerar la sexta de las catedrales de Galicia.