Los 6 parques naturales de Galicia
Galicia posee diversos espacios protegidos, pero si atendemos a la denominación de parques naturales, hay seis lugares que poseen semejante rango jurídico. Y ello se debe a sus múltiples valores naturales, que en algunos casos son excepcionales. Así que, para los conozcáis, a continuación os vamos a hablar de ellos.
Cerca del mar, en el interior, ambientes boscosos o más secos, y hasta subterráneos. Los parques naturales de Galicia ofrecen ambientes para todos los gustos.
1. Parques naturales de Galicia: Fragas do Eume
La razón de que las Fragas do Eume sean uno de los parques naturales de Galicia es que se trata de uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de todo el continente europeo. Aquí se acumula la vegetación costera en forma de chopos, robles, castaños, fresnos, pero también muchos líquenes y musgos.
El corazón es el río Eume, que horada un gran cañón, casi siempre envuelto en misteriosas brumas. Un paisaje de cuento al que no le falta de nada. Ni siquiera fantásticas edificaciones como los monasterios de Caaveiro y de Monfero. Un paisaje plagado de leyendas y misterios que a cualquier deja encantado.
2. Monte Aloia
Este fue el primero de los parques naturales que se nombró en Galicia. Lo encontraréis en la Serra do Galiñeiro, en las proximidades de la localidad pontevedresa de Tui. Sin duda, paseando por él vamos a encontrar los mejores miradores naturales elevados sobre el río Miño y el Louro. Además de que se disfruta de los bosques de la zona y la contemplación de las tierras lusas.
Son varios los caminos muy recomendados. Uno nos llevará hasta el mirador del alto de San Xiao. Otro nos sumerge en una bella senda botánica. Mientras que también podemos optar por caminar hasta la conocida como Muralla Ciclópea, aunque quizás sea un nombre demasiado pomposo para estos restos arqueológicos.
3. Baixa Limia-Serra do Xurés
Este espacio conforma el más amplio de todos los parques naturales de Galicia. Mientras, al otro lado de la frontera, este mismo tipo de paisaje se transforma en el Parque Nacional Peneda-Gerés de Portugal. Lo cual nos da una idea de lo interesante de este territorio.
Por sus dimensiones, hay que imaginarse que recorrerlo en profundidad puede llevar varios días. Así que os vamos decir varios lugares que se deberían visitar. Uno es la Portela do Home, donde se ven los restos de la vieja vía romana. También hay que conocer la aldea de Alvite. Pero sobre todo, hay que disfrutar de su riqueza de aves y animales como el corzo, la cabra montesa, la raza autóctona de vaca cachena o los caballos de estirpe galaico-portuguesa.
4. O Invernadeiro
Si hablamos de fauna, O Invernadeiro es uno de los parques naturales más ricos. Aquí habitan ciervos, corzos, jabalíes, lobos o armiños. Y aunque ellos ya se preocupan de alejarse del ser humano, también recomendamos caminar con atención por cualquiera de sus interesantes rutas senderistas, de las cuales os informarán ampliamente en el centro de visitantes del parque, ubicado en Vilariño de Conso.
En definitiva, que si visitáis este lugar podréis disfrutar de los paisajes más ricos del Macizo Central de la provincia de Orense. Unos paisajes que cambian con cada estación, por lo que es una excursión que siempre se puede repetir y siempre es diferente.
5. Parque Natural de Corrubedo
Este espacio protegido lo comprenden el complejo dunar de Corrubedo y las lagunas de Carregal y Vixán. Todo ello muy cerca del Ribeira en Pontevedra. La duna móvil es la imagen más espectacular, con sus casi 20 metros de anchura. Aunque solo parezca arena, es un ente a proteger, así que visítala, fotografíala, admírala, pero, sobre todo, respeta las normas del parque y los senderos establecidos para que no se pierda.
Y tras eso, ya se pueden visitar los dos pequeños lagos que completan el parque. Son dos lagunas, una dulce, la de Vixán, y otra de agua salada, la de Carregal. Unas aguas ideales para que allí se concentren infinidad de aves.
6. Sierra de Enciña de Lastra
Y acabamos este repaso a los parques naturales de Galicia en las tierras orensanas de Valdeorras. Allí se encuentran algunas de las pocas montañas calizas de toda la comunidad autónoma. Son las que conforman la sierra de Enciña de Lastra. Una zona en la que, viendo el tipo de vegetación con almendros u olivos, parece que el Atlántico esté lejísimos, y el Mediterráneo a un paso.
De hecho, la sierra lleva el nombre de una especie tan mediterránea como la encina, que aquí abunda. No obstante, como buena tierra caliza, lo más llamativo son las grutas subterráneas que hay, como las de Xilberte, Pala Cubelas o la de Trasmonte.
Como decíamos al principio, los parques naturales de Galicia tienen un poco de todo.