La Galicia más tradicional: horreos, cruceiros y pazos
Adentrarse en la Galicia rural es una de las actividades predilectas del turismo en esta comunidad autónoma. El medio rural gallego es fascinante por muchos aspectos: por sus bosques, sus paisajes, sus leyendas, sus templos, su gastronomía… Y también por su arquitectura más popular. Un arte en el que destaca la presencia de hórreos, cruceiros y pazos.
La arquitectura más carismática de Galicia
Tanto los hórreos como los pazos están intrínsecamente ligados a las formas de vida tradicionales en Galicia. Mientras que los cruceiros tienen más que ver con las creencias populares, con la religión, pero también con la peculiar religiosidad gallega.
En definitiva, que estas tres manifestaciones son algo único en Galicia. Se trata de monumentos más grandes, más pequeños, mejor o peor cuidados, pero donde reside la esencia de este pueblo.
De manera que hay que visitarlos y valorarlos como se merecen. Por eso en las siguientes líneas os vamos a invitar a adentraros a hacer excursiones desde la Mariña Lucense hacia el interior de Galicia. Recorrerla de norte a sur, y de este a oeste, y encontraros con estas maravillas que son nuestros hórreos, cruceiros y pazos.
Los hórreos gallegos
Los hórreos son los más tradicionales almacenes de las aldeas gallegas. Construcciones elevadas sobre el terreno para evitar la humedad y también los roedores. Los hórreos no pueden ser más simples. Unos pilares y una amplia superficie cubierta pero ventilada para guardar las cosechas. Muy simples, pero no veréis dos hórreos iguales en toda Galicia.
Y eso que los vais a encontrar por toda la geografía. Junto al mar o en la montaña. Grandes de uso comunal o más pequeños. Hechos con cajas de madera o con piedras abiertas para facilitar la ventilación de las cosechas.
Desde los hórreos junto a las pallozas de Piornedo, en el límite entre Lugo y León, hasta los que hay en las Rías Baixas de Pontevedra, en poblaciones como Combarro. También os podemos nombrar el grandioso hórreo de Carnota, en la costa coruñesa. O lo más pequeños aunque muy numerosos hórreos de Na Merca, en la provincia de Ourense.
Los cruceiros gallegos
En toda Galicia se han catalogado aproximadamente 12.000 cruceiros. Un elemento que, como nos indica su nombre, son cruces. Pero grandes cruces a la intemperie hechas en piedra. Se ubican en las inmediaciones de una iglesia, de un campo santo o marcan las lindes del camino. Cruces que plasman la profunda tradición católica gallega, pero también su particular modo de tener fe.
Lo cierto es que hay cruceiros muy modestos, pero otros son auténticas obras de arte por su impecable trabajo escultórico. Si se hace cualquier ruta senderista por el paisaje de Galicia, tarde o temprano, más o menos apartados de una población, es muy fácil que pasemos junto a un cruceiro.
No obstante, hay algunos que podemos considerar majestuosos. Por ejemplo, el más antiguo de todos que es el cruceiro de Melide, del siglo XIV. También merece la pena hablar del O Hío, que es un excepcional trabajo barroco. Por no hablar de otros como el de Pontecensures, el de Noia o el de O Cebreiro, el primero de los muchos que jalonan el Camino Jacobeo.
Los pazos gallegos
Los pazos son magníficas casonas de los más potentados de antaño. Son como palacetes rurales, a medio camino entre la construcción de labor y la de recreo. Si bien en los más espectaculares prima esto último, de hecho, algunos han llegado a ser famosos no por sus campos de cultivo, sino por sus jardines.
La gran mayoría de ellos datan de un periodo comprendido entre el siglo XVII y el XIX, y en la actualidad muchos siguen siendo viviendas particulares. Aunque otros abren sus puertas sobre todo para disfrutar de sus jardines, donde reinan las camelias. Sería larguísima la lista de pazos gallegos, pero os vamos a nombrar unos pocos como los de Oca, Mariñán, Fefiñáns o Santa Cruz de Ribadulla.
En fin, que estate atento durante tus excursiones por Galicia, ya que hay muchos detalles que pueden dejarte boquiabierto.