Un paseo por la villa de Mondoñedo
La villa de Mondoñedo es una de esas joyas que nos esperan en el interior de la Mariña Lucense. Y es que, aunque sea difícil alejarse del mar, de sus acantilados y de playas tan espectaculares como la de Las Catedrales, durante unas vacaciones en Foz hay que sacar tiempo para hacer una visita al hermoso núcleo de Mondoñedo.
No confundirse de Mondoñedo
Lo primero que hemos de aclarar es que San Martiño de Mondoñedo no está en la villa de Mondoñedo. San Martiño es la monumental basílica que pertenece al propio municipio de Foz. Un edificio que se encuentra muy transformado, pero que tiene el mérito de estar considerado como la primera catedral que hubo en España. Aunque hoy el templo ya solo tenga el rango de parroquia de una pequeña aldea.
En cambio, la villa de Mondoñedo es un núcleo más grande. Una ciudad al fin y al cabo, y en la cual sí que hay una catedral, de la que obviamente os vamos a hablar más adelante.
Cómo llegar desde Foz a Mondoñedo
La distancia entre ambas poblaciones no es mucha, apenas 30 kilómetros por la carretera nacional N-634. Mientras que si hacemos el viaje por la Autovía del Cantábrico, la A-8, es un poco más largo, 40 kilómetros. No obstante, de una u otra forma, el desplazamiento es de una media hora en ambos casos. Por eso merece la pena hacer esta escapada a Mondoñedo desde Foz.
¿Qué ver en la villa de Mondoñedo?
Esta población de la provincia de Lugo tiene un eslogan turístico de lo más sugerente, ya que nos propone “Mil historias por vivir”. Es decir, que durante la visita a Mondoñedo nos espera, sobre todo, un espectacular patrimonio histórico y artístico.
La catedral
Ya hemos avanzado que esta villa de Mondoñedo tiene catedral. Así que os vamos a hablar de ella, al tratarse también de su monumento más atractivo y llamativo. Para empezar, llama la atención que un lugar tan pequeño posea semejante edificio. Pero es que hay que decir que Mondoñedo antaño fue capital de provincia y era una ciudad más grande que en la actualidad.
Al contemplarla desde fuera nos parece, sobre todo, una construcción sobria. No obstante, esa sobriedad se transforma en una riqueza deslumbrante cuando entramos a su interior. Nos espera un despliegue de retablos, pinturas murales, órganos y brillantes vidrieras, como el enorme rosetón que baña de luz la nave.
En definitiva, que estamos ante una iglesia que nos propone un paseo por el arte de varios siglos, desde la Edad Media hasta el final del Barroco.
La plaza de la Catedral
Una vez visitado su interior hay que retornar a la plaza que lleva su nombre. Ahora para admirar con más tranquilidad sus dos torres, así como otros edificios vecinos. Hay que mencionar el Palacio Episcopal. Ese inmueble no solo es la residencia del obispo de Mondoñedo-Ferrol. También acoge el Museo Catedralicio, que conserva una relevante colección de arte religioso perteneciente a templos de esta diócesis gallega.
Pero además, en la misma plaza vemos una escultura de uno de los escritores gallegos más relevantes: Álvaro Cunqueiro. Un personaje que nació y vivió aquí y para el que se está preparando un museo en este mismo emplazamiento de Mondoñedo.
Otros lugares de interés en el casco antiguo
El epicentro de todo es la catedral, pero desde aquí daros un paseo por las calles más añejas de Mondoñedo. No hace falta llevar un rumbo establecido. Sencillamente ir caminando. Así os podéis encontrar, por ejemplo, el Real Seminario de Santa Catalina, que se puede visitar y se usa como hospedería.
También os toparéis con la famosa Fonte Vella. Una fuente del siglo XVI, en la que seguramente bebió el citado Cunqueiro, ya que la casa donde nació está justo enfrente. Pero seguid caminando sin prisa en los alrededores de la catedral y llegaréis al antiguo consistorio, a la plaza del Concello y al Convento de Concepcionalistas.
Y durante todo este trayecto, no os extrañe ver a peregrinos. Debéis tener en cuenta que Mondoñedo es una parada destacada en el Camino del Norte a Compostela.
Barrio de Os Muiños
Hemos de acabar el recorrido por Mondoñedo en el barrio de Os Muiños. Está junto al río Valiñadares y una serie de canales artificiales que abastecían antaño a los molinos. Sobre esas aguas se eleva el bello puente del Pasatiempo, escenario de parte de la leyenda del Mariscal Pardo de Cela. Un personaje del que ya os hemos hablado en otras ocasiones y al que conoceréis mejor si otro día de vuestras vacaciones en Foz os decidís a hacer la ruta turística que lleva su nombre.