Descubre la belleza del cabo Fisterra
Hacer una excursión hasta el cabo Fisterra no es una visita cualquiera. Estamos hablando de visitar el mismísimo fin del mundo. O al menos así lo creyeron los romanos cuando llegaron a este punto, al que decidieron llamar Finis Terrae. Ese morbo siempre invita a la visita, y se multiplica si descubrimos que, además, es un lugar destacado de la Costa da Morte. ¿A quién no le apetece ir al cabo Fisterra?
El faro del cabo Fisterra
Semejante lugar pronto se convirtió en un sitio clave para mandar señales a los navegantes. Si bien se harían de un modo mucho más precario que en la actualidad. Ya que hoy en día hay un potentísimo faro en este sitio. Un faro que se construyó a mediados del siglo XIX y que se eleva casi 150 metros sobre las aguas del mar.
Este faro de por sí tiene su atractivo, ya que es algo más que un foco (por cierto tan fuerte que su luz alcanza hasta los 65 metros mar adentro). En realidad, es todo un conjunto arquitectónico interesante, compuesto por la torre octogonal, la necesaria casa del farero y una plaza que se conoce como la plaza de la República Argentina.
¿Por qué el “fin de la tierra”?
Al ubicarnos en el cabo Fisterra la panorámica marina es inmensa. Hoy en día tenemos una visión más global del planeta, pero en la Antigüedad la imaginación tenía que suplir al conocimiento. Por ello, ante esta visión alucinante, se pensó que el final de toda esa agua era una gigantesca sima en la que se refugiaba el sol cada noche. Una sima que, además, estaba habitada por monstruos marinos.
Hoy en día sabemos que no es así, y que tras muchas millas marinas de navegación lo que se halla en realidad es América. Sin embargo, es comprensible que antaño se imaginaran leyendas para este lugar, y más aún si se contemplan sus atardeceres. Unos espectáculos naturales entre el cielo y el mar que no te puedes perder en tu visita al cabo Fisterra.
El Camino desde Santiago de Compostela
Pero el cabo Fisterra no solo fue un lugar mágico para los romanos o los pueblos celtas. También tuvo ese carácter para muchos peregrinos que llegaban a Santiago de Compostela para honrar la tumba del apóstol. Y es que tras eso continuaban su fatigosa caminata para ver con sus propios ojos el “fin de la tierra”, el auténtico final del Camino. Allí se supone que quemaban sus ropas de peregrinos y emprendían el regreso a sus hogares.
La verdad es que esta última etapa de la Ruta Jacobea es espectacular. Te llevará por la costa hasta lugares como Noia, con su importante patrimonio histórico. Luego está Muros, con sus playas y sus tradiciones marineras. Y por fin la villa de Fisterra. Desde ahí arranca la ruta hasta el faro, perfectamente señalizada.
Las vistas desde el cabo Fisterra
Asistir a los esplendorosos ocasos del sol desde el cabo Fisterra es una obligación, en especial los días con buenas condiciones climatológicas. Aunque si es un día de tormenta, también puede verse un panorama estremecedor, aunque hay que andar con mucha precaución.
Pero también el panorama desde el cabo Fisterra a plena luz del día es de lo más atractivo. Las vistas del Atlántico son muy inspiradoras. Mientras que a los lados se despliega la famosa Costa da Morte. Allí está la ría de Corcubión y la zona de Carnota, cerrada en tierra por los montes de O Pindo.
En esa costa, con suerte, nos podremos bañar si el tiempo acompaña. Pero no en todas las playas, porque hay algunas como la de Mar de Fora, que es totalmente salvaje, y hay que tenerle mucho respeto a sus olas.
En fin, que el cabo Fisterra y su entorno es uno de los paisajes más hermosos y carismáticos de Galicia, e invitamos a todos nuestros visitantes a que hagan una excursión a este lugar legendario de la provincia de A Coruña.